lunes, 19 de mayo de 2014

INTROITO

Introito

¿Cómo presentarme?




Pregunta que me hago, ante la incertidumbre de insertar  palabras y frases repetidas, y sólo con la intención de mostrarme sincero, auténtico y honesto.

Los que ya me conocen en las redes sociales y a través de mis blogs, saben que uso varios alias: Raúl, Raúl Celso, Raúl Tato, Ermete, y Otros.

En la vida real, - ¿lo virtual no es real? Creo Que Sí. Mi nombre es Raúl Celso, y mi apodo con el me conocen es Tato. Bien, lo mismo vale para la redes sociales, donde tengo una moderada cantidad de amigos seleccionados, algunos desde hace muchos años, recuperados luego de los casi tres años sabáticos que me tomé, y otros más recientes, ya que un contacto –debería decir una persona- te lleva a otro, como arrastrado por la fuerte correntada de un río desbocado; los intereses de tu enlace primigenio, te guían a otros, que afortunadamente tienes la libertad de aceptar o no, y así también pasa con las invitaciones que se hacen, los blogs y páginas que se siguen, conformándose finalmente la maraña que termina envolviéndote, en la cual tienes preferencias y gustos, temas positivos o negativos, polémicos o coincidentes, serios o triviales, que pueden o no gustar a tu eventual lector.

Aunque no lo parezca, no me gusta mucho hablar de mí mismo,  por una introversión congénita o adquirida, que se hizo más fuerte en estos últimos años, por diversos motivos y por elección propia. Sí lo hago, ante esa persona que me inspira confianza, la cual puede a través de mis relatos, hacerme una  radiografía neuronal. Así es que en la sociedad en la que transcurre mi vida, me quedan muy pocos amigos personales, y tal vez me sobren los dedos de ambas manos para enumerarlos.  Pero no es culpa de los ex que desaparecieron, sino simplemente por elección mía; me encerré bajo siete llaves, y llevé una vida monástica, cuando diferentes hechos me hicieron descender por los siete círculos del infierno de Dante. En mi paranoia, fui levantando un muro, sintiéndome cómodo y a salvo con ese aislamiento, perdiendo la capacidad para razonar correctamente, lo que me llevó a tocar fondo. Lenta y trabajosamente, fui recomponiendo mi estado, y hoy llevo una vida casi normal, aunque cómoda con mi locura.

Avellaneda, ciudad del norte de la provincia de Santa Fe, es la ciudad en que nací, y donde transcurre mi vida actualmente, con muy breves ausencias en el transcurrir de los años. Me gusta mucho la historia, disciplina que estudia y narra, los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados, -tal como lo define el diccionario de la lengua española-, y aficionado a la lectura, de cuanto escrito cayó en mis manos, desde una revista Patoruzú, pasando por poetas y escritores, nóveles o encumbrados, locales, de mi país, y del mundo entero, hasta distintas versiones de la Biblia, entendí que la primer historia que debería enseñarse en las escuelas primarias y secundarias, es la local, la del lugar que uno nació y vivió, sea un paraje, un pueblo, una pequeña ciudad o una gran urbe metropolitana.  Entiendo que si comenzamos, como se hacía en mi época, por ejemplo, con las civilizaciones chinas, egipcias, filisteos, sumerios, Grecia y Roma, se va perdiendo el gusto, a esta asignatura tan diversa y tan completa. Inversamente, si comenzamos con lo nuestro, conociendo los orígenes de nuestros padres, abuelos y ancestros, los que hicieron casi siempre en medio de muchas dificultades y penurias, los cimientos de la sociedad en la que vivimos,  podemos luego avanzar con gusto, a porciones más generales, como la región, la provincia, toda la nación, y las diferentes culturas del mundo, prehistóricas, modernas o contemporáneas; por cierto, esto es necesario, para formarse de una cultura general, más en estos tiempos en los que se habla de la aldea global.

Reconquista, es la ciudad vecina a la mía, y entre las dos, conforman prácticamente una sola unidad territorial, separa o unida según se mire, por un simple arroyo que ha perdido el caudal que tenía unos cien años atrás. Y es una ciudad que me gusta mucho, por su gente, mucho más cosmopolita, ya que Avellaneda, tradicionalmente fue muy cerrada, existiendo dos culturas predominantes: la del gringo, generalmente agricultor,  de origen italiano del norte o austriaco, y la criolla, casi siempre discriminada por los descendientes de inmigrantes, y que casi nunca alcanzó a tener los mismos privilegios que esa casta. Más o menos, como decía Sarmiento, refiriéndose a los gauchos y a los indios (expresión equivocada   heredada de Colón, ya que debería llamárselos aborígenes o nativos), decía que su sangre sólo servía para abonar la tierra. Claro que hoy es más suave el concepto, pasando por las palabras: negros de mierda, tapes y cosas por el estilo. Y muchos gobiernos, de gran fama en Argentina, bastante posteriores a Sarmiento, quitándoles la educación, pregonando el famoso “alpargatas sí, libros no”, o doctrinándolos de una manera especial, para que sean sumisos, dependientes de sus limosnas, del clientelismo político. Estamos en el siglo XXI, pero esta paradojal actitud política continúa, porque teniendo media población mal educada o analfabeta, es mucho más fácil, comprar su voto en el momento que lo necesitan.

Hace tiempo, cuando Internet todavía no estaba censurada, tenía una página en un alojamiento que la ha eliminado o desaparecido, que llevaba por nombre  “HACIENDO CAMINOS AL ANDAR”, y comenzaba, con el famoso poema de ANTONIO MACHADO.


Tiempos románticos, donde la tecnología comenzaba a desplegar sus tentáculos, pero aún de una manera tímida, y los navegadores no tenían las posibilidades que hoy ofrecen, mientras que las redes sociales eran en base al modo texto, salvo en alguna aplicación tipo MIRC, un cliente tipo IRC para chatear en tiempo real.

Cuando joven, adolescente, me gustaba el romanticismo, y sus expresiones literarias, pictóricas y musicales, aunque luego, me dejé un poco de sentimentalismos y ensueños, transformándome en racionalista, aunque nunca renegué del movimiento romántico que influyó en lo cultural y político, originado en Alemania y en el Reino Unido (Gran Bretaña e Irlanda del Norte) a finales del siglo XVIII. Como dice WIKIPEDIA “El estilo vital de los autores románticos despreciaba el materialismo burgués y preconizaba el amor libre y el liberalismo en política”.



En literatura, los precursores del Romanticismo, que se extendió por Europa y América, son Rousseau (* 1712 † 1778) y el dramaturgo alemán Goethe (* 1749 † 1832). Bajo el influjo de estas figuras los románticos se encaminan a crear obras menos perfectas y menos regulares, pero más profundas e íntimas. Buscan entre el misterio e imponen los derechos del sentimiento. Su lema es la libertad en todos los aspectos de la vida. Espronceda, Juan Arolas, Nicomedes Pastor Díaz, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Salvador Bermúdez de Castro, Pablo Piferrer, fueron los líricos románticos de España. Alejandro Dumas, Chateaubriand, Walter Scott, Victor Hugo, son los exponentes mundiales del género histórico, sentimental, galante, aunque la prosa española se limita básicamente en la novela, la prosa científica o erudita, el periodismo y el cultivo intenso del costumbrismo. Luego apareció el Romanticismo tardío, del cual era yo más adepto, con literatos destacados, como Gustavo Adolfo Bécquer, Augusto Ferrán y Rosalía de Castro.


Dejemos esto por ahora, y simplemente les doy algunos datos de mis "no preferencias": discutir sobre religión, política y deportes. Soy ateo por elección, aunque estudioso de las religiones; no tengo afiliaciones políticas y se me puede catalogar como Anarquista. No tengo títulos académicos, y en casi todas las áreas soy autodidacta.


Espero se encuentren a gusto al visitar mi blog, y pueden comentar o colaborar con lo que deseen, que siempre será bienvenido.


Raul, 2014.  

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